Oración de la Mañana – Lunes 04 de Agosto de 2025
Oración de la Mañana
Querido Dios, gracias por este nuevo día y por el comienzo de una nueva semana. Estoy tan agradecido de seguir aquí, y mis palabras no son suficientes para expresarlo. Gracias por Tu Palabra, que me da fuerzas justo cuando más lo necesito. Encuentro esperanza en Tu promesa que dice que todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Encuentro esperanza en Miqueas 7:7, que declara: “Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá.”
Dios, gracias por escuchar cada palabra que oro. En este momento, te pido fortaleza para superar todo lo que intenta frenarme. Protégeme de tomar decisiones que me alejen de Tu voluntad. Abre mis ojos para ver Tu bondad en cada área de mi vida. Dios, Tú eres fiel, verdadero, y más grande que cualquier problema o situación que pueda enfrentar. Te entrego esta semana. En el nombre de Jesús, Amén.
“Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento y con una mente alerta.” -Colosenses 4:2
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Padre amado, dueño del cielo y de la tierra, hoy comienza un nuevo día gracias a tu infinita misericordia. Abro mis ojos y reconozco cuán grande es tu amor, cuán fiel eres a tus promesas y cuán valiosa es la vida que me concedes.
Gracias, Señor, porque despertar ya es un regalo inmerecido. Es una muestra de que tu propósito en mi vida aún continúa. Hoy me levanto con un corazón agradecido, dispuesto y confiado en que caminarás conmigo en cada paso. Gracias por tu compañía, por tu presencia fiel, por ser ese amigo que nunca falla, que escucha, consuela, guía y ama sin condiciones.
Gracias, amado Dios, por el calor de mi hogar, por el abrazo de mi familia, por el alimento que no falta, por el descanso que restauró mis fuerzas y por la salud que me permite avanzar. En medio de lo cotidiano, tú te haces presente, hablándome en los detalles y recordándome que todo lo que tengo proviene de ti.
En esta mañana, Señor, te pido que prepares mi corazón para recibir lo que has planeado para mí. Ayúdame a disfrutar cada momento como si fuera el último, a vivir con propósito, a no ignorar las bendiciones que me rodean. Enséñame a valorar el tiempo, a reconocer tu mano en cada circunstancia y a confiar en que todo tiene un propósito eterno, incluso aquello que no entiendo.
Dame sabiduría para saber cuándo hablar y cuándo callar. Madurez para actuar con paciencia. Gracia para reaccionar con bondad. Que mis palabras edifiquen, que mis acciones reflejen tu carácter y que mi presencia lleve tu paz a donde yo vaya.
Padre eterno, limpia mi alma de toda carga que impida mi avance. Sana mis heridas más profundas, incluso aquellas que no sé explicar. Libérame del orgullo, la envidia, el rencor y los pensamientos oscuros que contaminan el alma. Purifica mis intenciones, Señor. Llena mi espíritu con tu luz y que tu amor sea lo único que habite en mi corazón.
Señor, en esta mañana también intercedo por el mundo que me rodea, por los que aún no te conocen, por quienes han perdido la esperanza, por los heridos por la vida, por los que se sienten solos y abandonados. Ten compasión de aquellos que sufren en silencio, de los que te buscan sin saber cómo encontrarte.
Llénalos con tu paz, tu verdad y tu presencia transformadora. Si así lo deseas, usa mi vida como canal de consuelo, como testimonio de tu poder, como reflejo de tu gloria. Padre santo, que tu presencia nunca se aparte de mí. Quita del camino toda piedra que me haga tropezar y, si caigo, levántame con tu misericordia.
Que tu voz sea mi dirección, tu Palabra mi guía, tu amor mi escudo y tu voluntad el mayor anhelo de mi alma. Bendice cada una de las actividades que hoy tengo por delante: mi trabajo, mis estudios, mis relaciones, mis pensamientos y aun mis luchas. Que pueda verte en todo y actuar conforme a tu propósito.
Que nada me aparte de ti: ni los triunfos que me llenen de orgullo, ni los fracasos que me hagan dudar. Enséñame a mantenerme firme, confiado y perseverante.