Oración de la Mañana – Lunes 25 de Agosto de 2025
Oración de la Mañana
Querido Dios, gracias por permitirme iniciar una nueva semana. Cada día que respiro tengo un motivo para estar agradecido. Mientras tenga vida, tengo un propósito. Al comenzar esta semana me revisto con la armadura de Dios. Me ciño con el cinturón de la verdad y me cubro con la coraza de Tu justicia. Calzo los zapatos de la paz para guiar mis pasos. Levanto el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del enemigo. Me pongo el casco de la salvación y tomo la espada del Espíritu, que es Tu Palabra. Cuando el diablo intente levantarse contra mí, ayúdame a recordar que Tu Palabra declara que ya está derrotado y no puede vencer. Tú estás conmigo, y contigo no puedo perder. Gracias por ir delante de mí esta semana, por protegerme y darme la victoria. A Ti solo doy toda la gloria, el honor y la alabanza. Entrego esta semana en tus manos. En el nombre de Jesús, Amén.
“En Dios, cuya palabra alabo, en Dios confío y no temeré; ¿qué podrá hacerme el hombre?” – Salmo 56:4
Dios eterno, bueno y todopoderoso, desde lo más profundo de mi corazón me presento ante Ti en este nuevo día. Me postro espiritualmente en tu presencia para darte gracias, para alabarte y glorificarte, porque Tú eres mi refugio, mi roca firme y mi fortaleza en todo momento.
No existen palabras suficientes para expresar la gratitud que siento por el regalo de la vida, por este nuevo amanecer que me concedes, por el aire que respiro, por la belleza de tu creación, por el gozo de mi familia, por la oportunidad de aprender, crecer y acercarme más a Ti. Gracias, Padre amado, porque en tu gran amor y misericordia me has permitido abrir los ojos una vez más.
Sé que no es por mis méritos, sino por tu gracia infinita que hoy me levanto con fuerzas renovadas, con esperanza en el corazón y con la seguridad de que sin importar las circunstancias que enfrente, Tú estarás a mi lado en cada paso que dé. Gracias, Señor, porque me sostienes con tu mano poderosa, me guardas de todo peligro y me das la oportunidad de corregir mis errores para mejorar cada día.
Gracias porque en mis debilidades Tú eres mi fortaleza. Cuando me siento perdido, me muestras el camino. Cuando la duda invade mi mente, Tú me llenas de fe. Y cuando la tristeza toca a mi puerta, Tú eres mi consuelo y mi alegría. Hoy, Padre celestial, encomiendo en tus manos cada instante de este día, desde que amanece hasta que llegue la noche.
Guía mis pensamientos, mis palabras y mis acciones. Ayúdame a vivir con propósito, a valorar cada oportunidad que me das, a no desperdiciar el tiempo que me has regalado y a honrarte en todo lo que haga. Pongo ante Ti mis metas y proyectos. Tú conoces los anhelos de mi corazón, los sueños que guardo en lo profundo y cada propósito que deseo alcanzar.
Pero también sé que tu voluntad es perfecta, y muchas veces lo que deseo no es lo que realmente necesito. Por eso te pido, Señor, que me des discernimiento para diferenciar lo bueno de lo malo, para reconocer cuáles son los planes que has trazado para mí y caminar en obediencia, confiando en que todo lo que permites tiene un propósito mayor.
Si lo que anhelo es parte de tu voluntad, concédeme paciencia y perseverancia para trabajar con constancia hasta verlo cumplido. Pero si no está en tu plan, ayúdame a soltarlo, a confiar en que tienes algo mejor preparado y a aceptar con humildad lo que dispongas para mi vida.
Padre bueno, hoy también pongo en tus manos mis preocupaciones. Hay momentos en los que el miedo y la incertidumbre llenan mi corazón, cuando los problemas parecen demasiado pesados y no encuentro salida. Pero hoy decido confiar en Ti y depositar todas mis ansiedades a tus pies, porque sé que cuidas de mí y que en tu infinita sabiduría ya tienes la solución perfecta para mis necesidades. Dame tu paz que sobrepasa todo entendimiento y la serenidad para afrontar cada reto con fe.
Señor de misericordia, también vengo a pedirte por mi familia. Bendícenos con tu amor, tu protección y tu gracia. Que en nuestro hogar reine la paz, el respeto y la unidad. Cuida a mis seres queridos dondequiera que estén, líbralos de todo peligro, guíalos por caminos de justicia y llena sus corazones de esperanza.
Si alguno de ellos enfrenta un momento difícil, dale fortaleza para no rendirse. Si alguno se ha apartado de Ti, tócalo con tu amor y tráelo de regreso a tu presencia. Bendice su salud, sus proyectos, su trabajo y sus sueños. Que nunca les falte el pan en la mesa, la paz en el espíritu ni la confianza de saber que en Ti tienen un refugio seguro.