Oración de la Mañana – Sábado 23 de Agosto de 2025
Oración de la Mañana
Amado Dios, gracias por este nuevo día. Gracias por tu gracia y tu misericordia sobre mi vida. Hoy vengo ante Ti para pedir perdón por mis pecados. He cometido muchos errores esta semana, pero estoy agradecido porque no me los has tomado en cuenta.
Al mirar hacia atrás en mi vida, puedo decir con certeza que he sido bendecido. Gracias por acompañarme en cada capítulo de mi historia. Levanto mis manos y te doy gracias por tu fidelidad. Confiar en Ti es la única razón por la que he llegado hasta aquí.
El enemigo pensó que me había vencido, pero Tú interviniste y me salvaste. Soy un sobreviviente. No es por mi fuerza, sino por Tu poder que sigo de pie. Te pido que continúes protegiendo a mi familia y a mis seres queridos. Permite que tu paz gobierne mi mente y mis emociones.
Hoy te entrego este día y te agradezco porque siempre estás conmigo. En el nombre de Jesús, Amén.
“Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre.” – Salmo 103:1
Padre eterno, en este nuevo día me acerco a Ti para pedir que tu presencia me acompañe. Vengo con humildad, reconociendo que dependo completamente de tu guía en cada paso que doy.
Hoy pongo en tus manos mi vida y mi corazón, declarando con certeza que te amo más que a mis propios deseos. Confío en Ti para que renueves mi interior, transformes mi corazón y me concedas la paz y serenidad que necesito para permanecer siempre unido a Ti. Gracias por amarnos tan profundamente y por querer para nosotros una vida plena y llena de verdadera felicidad.
Señor, ayúdame a proclamar tu Palabra con sabiduría y claridad, para que otros puedan conocerte y descubrir lo que Tú puedes obrar en sus vidas. Permíteme ser portador de esperanza, que mis palabras inspiradas por Ti restauren la fe en los corazones heridos. Haz de mí un testimonio vivo, una luz para quienes han perdido el camino, y que mis acciones reflejen tu amor verdadero.
Guíame a ordenar mi vida de acuerdo con tus enseñanzas, a vivir con propósito bajo los valores que nos dejaste. Dame sabiduría, Señor, para administrar con justicia los dones y recursos que colocas en mis manos, especialmente en mi trabajo diario. Muéstrame lo que debo cambiar para que tu presencia habite plenamente en mi vida, en mi hogar y en mi familia.
Acompáñame en este nuevo día que comienza. Que todo lo que haga produzca fruto, y que nunca pierda la certeza de que Tú jamás me abandonarás. Que nada me separe de tu amor, y que mis palabras y acciones reflejen tu voluntad con un propósito verdadero. No permitas que mi alabanza se vuelva una costumbre vacía.
Reaviva mi fe cada día para que mi adoración brote con sinceridad y vida. Necesito escuchar tu voz que me anima, porque hay momentos en los que me siento cansado, como si todo mi esfuerzo no tuviera sentido. Cuando todo se oscurece y parece no haber salida, Tú extiendes tu mano y me levantas. Me das abrigo y alivio en medio del dolor y la confusión.
Gracias por estar siempre a mi lado, por llenar mis días de esperanza, por darme mucho más de lo que merezco y por sanar las heridas profundas de mi corazón. Te agradezco por sostenerme en la lucha contra el pecado, las tentaciones y todo lo que se opone a tu voluntad. Tú eres un Dios de bondad, majestad y misericordia.
En cada instante siento tu presencia que me consuela y fortalece. Amado Dios, toma hoy mi mano y guíame por caminos de amor, justicia y verdad. Derrama tu bendición sobre mi vida y toma el control de cada situación que enfrente hoy. Tú eres la luz que da sentido a mis días.
Tu presencia me conduce por sendas rectas y tu bondad llena mi caminar de gozo y esperanza. Gracias por el regalo de este nuevo día. Lo pongo en tus manos y pido que tu bendición me acompañe en todo momento. Hoy me postro ante Ti, Padre y Señor mío, para que sigas obrando tu santa voluntad en mi vida. Amén.
Antes de iniciar cualquier tarea importante, invocaré al Espíritu Santo, pidiendo su luz y asistencia para actuar con sabiduría y rectitud.
Tú, Señor, eres mi esperanza y mi confianza. Desde mi juventud, desde el vientre materno, me he apoyado en Ti. — Salmo 71.