Oración de la Mañana

Amado Dios, gracias por regalarme un nuevo día. Hoy desperté por Tu gracia, y estoy profundamente agradecido. Al comenzar esta jornada, me siento cubierto por Tu amor infinito. He vivido momentos en los que personas me dieron la espalda, en los que me quedé solo, pero aun así Tú siempre estuviste conmigo.

Tu palabra en Sofonías 3:17 dice: “El Señor tu Dios está en medio de ti, Él es poderoso y salva. Se complacerá en ti con alegría, te renovará con Su amor, y se gozará por ti con cantos de júbilo.” Señor, creo en cada parte de esta promesa.

En mis momentos más bajos, Tú eres mi esperanza. En mi oscuridad, Tú eres mi luz. En mi debilidad, Tú eres mi fortaleza. En mi tristeza, Tú eres mi consuelo. Gracias, Dios mío, por escuchar siempre mi oración. En el nombre de Jesús, Amén.

Porque hemos llegado a conocer y a creer en el amor que Dios tiene por nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. – 1 Juan 4:16

Dios todopoderoso y eterno, en este nuevo amanecer lleno de luz y oportunidades, me acerco a Ti con un corazón agradecido y una mente dispuesta a reconocerte en todo lo que soy y en todo lo que me rodea.

Te alabo porque eres el Señor del universo y, aun así, cuidas de cada uno de nosotros con infinita ternura. Me siento profundamente bendecido por este nuevo día, por el regalo de abrir los ojos y contemplar las maravillas de Tu creación. Gracias, Señor, por protegerme durante la noche.

Mientras mi cuerpo descansaba, Tú cuidabas cada respiro, alejabas todo peligro y me llenabas de paz. Gracias porque me devolviste las fuerzas y hoy me despierto renovado por Tu amor, lleno de esperanza para enfrentar este día con confianza en Tu providencia. Desde el amanecer siento Tu presencia envolviéndome, abrazándome con la luz del sol que ilumina mi rostro.

Hoy quiero entregarte cada segundo de este día: mis acciones, mis pensamientos y mis palabras. Te pido, Señor, que todo lo que haga sea para glorificarte, para reflejar Tu amor a quienes me rodean y para caminar en el sendero que Tú has trazado para mí. Gracias, Padre, por las incontables bendiciones que me das: el aire que respiro, el techo que me protege, los alimentos que fortalecen mi cuerpo y las personas que me aman y embellecen mi vida.

Gracias por mi familia, ese regalo invaluable que es mi refugio en los momentos difíciles y testimonio constante de Tu amor. Protégelos, Señor, guíalos por caminos de bien y llena sus vidas de paz, salud y alegría. Fortalece nuestra unidad como familia. Enséñanos a ser pacientes, a resolver nuestras diferencias con amor y a mantenernos unidos en la oración. Que en nuestro hogar siempre reine Tu paz y que cada uno de nosotros busque hacer Tu voluntad.

Enséñanos a valorar cada bendición, a ser agradecidos por lo mucho o lo poco que tenemos y a compartir con quienes más lo necesitan. Padre celestial, aleja de nosotros todo mal. Guarda nuestras vidas de las tentaciones y danos fuerza para superar las pruebas con sabiduría para elegir siempre el camino correcto.

No permitas que la tristeza, el miedo o la desesperanza dominen nuestros días. Señor, intercedo por quienes atraviesan angustias, por aquellos que despiertan con cargas pesadas en el corazón. Derrama sobre ellos Tu paz, dales consuelo en sus tribulaciones y muéstrales que en Ti siempre encontrarán refugio y fortaleza.

Te ruego también por quienes han perdido la esperanza y viven alejados de Tu amor. Abre sus corazones para que experimenten Tu misericordia. Hazles comprender que nunca es tarde para volver a Ti y que en Tu luz encontrarán la fuerza para comenzar de nuevo.

Hoy, Señor, quiero ser un instrumento de Tu paz. Permíteme ver Tu rostro en cada persona que encuentre, especialmente en aquellos que más necesitan de Tu amor. Ayúdame a brindar palabras de aliento, gestos de bondad y actos de generosidad. Que mi vida sea un reflejo de Tu amor y que, a través de mis acciones, otros puedan acercarse a Ti.

En este día que comienza pongo todo en Tus manos: mis sueños, mis planes, mis miedos y mis preocupaciones. Todo lo entrego porque confío plenamente en Tu amor y sabiduría. Camina conmigo, guía cada paso que dé y no permitas que me aparte de Ti. Que Tu Espíritu Santo sea mi guía y fortaleza.

Llena mi corazón de fe, esperanza y amor. Ayúdame a vivir este día como una oportunidad para servirte, aprender de Ti y crecer en santidad. En el nombre de Tu amado Hijo Jesucristo, que entregó su vida por mí y resucitó para darme la esperanza de la vida eterna, pongo todas mis peticiones con la certeza de que escuchas mi oración. Amén.

Deuteronomio 31:8 – “El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.”