Oración de la Mañana

Querido Dios, gracias por acompañarme en este día. Ahora que me preparo para descansar, te pido tu protección y tu cobertura sobre mi vida. Tu palabra en Números 6:24-26 dice: “El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia; el Señor vuelva su rostro hacia ti y te conceda la paz.”

Señor, eso es lo que hoy te pido. Mi oración es que vuelvas tu paz completamente hacia mí. Solo saber que me ves y te preocupas por mí llena mi corazón de tranquilidad. Rodéame esta noche con tus ángeles y concédeme una paz que transforme mi mente. Tu presencia es la única que puede calmar el ambiente a mi alrededor. Silencia mi habitación, mis pensamientos y mi alma.

Mañana comienza un nuevo mes, y estoy agradecido porque sigues siendo el mismo Dios. Gracias por todo lo que haces. En el nombre de Jesús, Amén.

“Diré yo al Señor: Mi refugio y mi fortaleza, mi Dios en quien confío.” —Salmo 91:2

Amado Señor, me presento ante Ti en este inicio de un nuevo mes. Tú eres grande, nunca me abandonas y me permites permanecer en tu presencia. Te glorifico y te doy gracias, porque hoy no solo comienza un nuevo mes, sino también una etapa renovada en la que me tomas de la mano y me concedes salud y bienestar.

Gracias, Padre de amor, por este nuevo comienzo. En esta mañana te entrego mi vida como ofrenda, como un regalo para Ti. Gracias por el don de vivir, por tu amor sin fin y por darme una vez más la oportunidad de iniciar el día bajo tu amparo. Ilumíname con tu luz y renueva mi espíritu en este amanecer.

Hoy deposito mi vida a tus pies para que habites en mi interior. Envía tu Santo Espíritu, Señor, para que me guíe por los caminos que conducen a la salvación. Concédeme la sabiduría y la fortaleza necesarias para enfrentar con valentía cada reto de la vida. Dios fiel, haz que todas mis acciones de este día estén alineadas con tu voluntad, para que mis pasos sigan siempre tu camino.

Que todo lo que haga refleje tu presencia y sea un testimonio vivo de tu amor. Que mis manos actúen bajo tu guía para colaborar en la construcción de un mundo lleno de paz. Señor mío, concédeme una mirada espiritual que me ayude a reconocer cada motivo por el cual vale la pena seguir luchando y levantándome cada día.

No permitas que la angustia o la desesperanza me arrebaten la paz que solo Tú puedes sembrar en mi corazón. Dios amado, en este momento de comunión contigo, te pido que camines a mi lado en cada instante de este día. Hoy te entrego mi existencia y todo aquello que me roba la paz y me impide reconocer tus maravillas.

Gracias, Padre celestial, porque eres santo y siempre estás presente para bendecirnos, colmarnos de dones y llenarnos de tu paz. Me uno a los coros celestiales para glorificarte y agradecerte todas las bendiciones que derramas sobre nosotros. Padre eterno, gracias por envolverme con tu amor y tu ternura.

Ten compasión de mis errores y de mis momentos de impaciencia. Derrama tu Espíritu sobre mí para que mi vida sea tu morada y mis palabras lleven siempre aliento y esperanza. Gracias, Padre bondadoso, porque nunca me dejas solo, porque me sostienes con tu amor fiel y me colmas de bendiciones.

Dirige mis pasos, aclara mis pensamientos y renueva mis fuerzas para que todo lo que haga esté en armonía con tu voluntad. Gracias porque me das las capacidades necesarias para avanzar con firmeza en mi camino. Señor, háblame con tu verdad eterna y concédeme la sabiduría para no dejarme engañar por las mentiras del mundo.

No dejo de agradecerte por las maravillas y abundantes bendiciones que derramas sobre mi vida. Tú eres un Dios misericordioso, inmenso en amor y compasión, y tu presencia se siente en cada instante. Gracias, Dios mío, por regalarme un mes más de vida. Que hoy viva solo para tu santa gloria.

Amén. Hoy elevo esta oración de gratitud recordando que cada día es un regalo y una oportunidad para crecer en santidad. “El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas” (Salmo 23). Que el Señor nos bendiga en este día.