Oración de la Mañana

Amado Dios,

Gracias por el regalo de este nuevo día. Gracias por no rendirte jamás conmigo, incluso cuando yo me he sentido débil o perdido. Gracias por obrar cosas nuevas en mi vida, aun cuando a veces no pueda verlas con claridad.

Tu Palabra en Isaías 43:18-19 me recuerda:
“Olviden las cosas de antes; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no lo notan?”

Hoy decido creer que estás abriendo caminos, incluso en medio del desierto. Confío en que estás obrando en lo invisible, transformando mi realidad y trayendo vida donde antes había sequedad.

Ayúdame a dejar de mirar hacia atrás y a confiar plenamente en lo que tienes preparado para mí. Sana aquellas partes de mi alma que aún se sienten heridas o estancadas. Dame la fuerza para seguir adelante, incluso cuando el camino parezca incierto.

Recuérdame que ya no soy quien era antes. Tú me estás refinando, moldeando y preparando para un propósito más grande. Gracias por ser el Dios que restaura, que reconstruye y que hace nuevas todas las cosas.

Pongo este nuevo comienzo en tus manos, Señor. Confío en Ti, en tu guía, en tu amor y en tu poder para llevarme hacia un futuro lleno de esperanza. En el nombre de Jesús, Amén.

“El que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.” – Filipenses 1:6 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Amado Dios, en este nuevo amanecer que me regalas, elevo mi corazón hacia Ti con fe, confiando en que sanarás toda herida que habita en mi interior. Al comenzar este día, pongo mi vida en tus manos y busco abrigo bajo tu infinita misericordia.

Te pido que fortalezcas mi fe para mantenerme firme a tu lado en cada instante. Me acerco con humildad a tu presencia, Dios bueno y fiel, para alabarte y darte gracias, porque tu amor no conoce límites. Gracias, Señor, porque confío en que este día traerá bendiciones, alegrías y motivos para mantener viva la esperanza.

Deseo vivir siempre en tu presencia, y lo que más anhelo es habitar cerca de tu gloria, dejando que tu palabra transforme mi ser. Ilumina mi mente con tu sabiduría y tu verdad, para que pueda comprender cada situación y actuar con justicia y amor. Revísteme de compasión, humildad, paciencia, tolerancia y una alegría profunda que nazca de ti.

Que cada palabra que pronuncie y cada acción que realice refleje tu presencia en mí, y que quienes me rodean puedan reconocerte en mi manera de vivir. Gracias por darme un corazón generoso y valiente, dispuesto a compartir tus bendiciones con los demás. Confío plenamente en tu poder, porque tú eres mi refugio seguro en todo momento.

Por eso me abandono sin miedo en tus manos, creyendo que tu gracia me dará la fuerza para superar cada prueba. En esta mañana mi mayor deseo es vencer el mal con el bien, y liberar mi mente de todo pensamiento que me cause daño. Tú eres mi sostén fiel, mi protector constante, el Dios en quien confío sin reservas.

Guíame con tu palabra, Señor, que ella sea la luz que oriente mis pasos cada día. Lléname de tu paz y santidad, y dirige mi vida por caminos de verdad. Te alabo porque nunca me dejas solo; me acompañas con ternura y me sostienes con tu mano poderosa. Eres digno de toda alabanza, porque cuidas de mí con el amor de un Padre fiel.

Tu amor me envuelve a cada momento, y me maravillas con la belleza de tu creación, pensada para alegrar el alma. En esta oración deposito toda mi vida en tus manos, porque no existe refugio más seguro que el tuyo. Sigue guiándome con un propósito firme, que me impulse a seguir luchando por mis sueños sin perder la fe.

Hoy vengo ante ti para renovar mi fe y consagrarte este nuevo día, porque sin ti no sé vivir. Lléname con tu presencia, y dame esa seguridad que solo tú puedes ofrecer. Ayúdame a sentir claramente que estás conmigo, y fortaléceme con tu poder cuando aparezcan las dudas. Porque contigo, todo se vuelve más claro, más llevadero y lleno de esperanza.

Dios de misericordia, creo firmemente que me escuchas y me bendices en cada instante de este nuevo día. Amén.