Oración de la Mañana – Miércoles 23 de Julio del 2025
Oración de la Mañana
Querido Dios, gracias por regalarme un nuevo día.
Gracias porque sigues obrando en mi vida, incluso cuando no lo puedo ver. A veces siento que nada está cambiando, pero sé que Tú no has dejado de moverte en medio de mis circunstancias. Tu Palabra en Romanos 8:24–25 dice:
“¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que aún no tenemos, con paciencia lo aguardamos.”
Dios, esa es mi declaración en este momento. Ayúdame a esperar con paciencia y no con temor. Cuando las cosas en mi vida parezcan avanzar lentamente, recuérdame que Tú sigues presente, y que estás escribiendo mi historia con mano firme. Nunca me has fallado, y creo firmemente que no empezarás ahora.
Ayúdame a ver las pequeñas formas en las que sigues manifestándote. Pase lo que pase, seguiré caminando por fe y mantendré mis ojos puestos en Ti.
En el nombre de Jesús, Amén.
“El que los llama es fiel, y así lo hará.” – 1 Tesalonicenses 5:24
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amado Señor, hoy inicia un nuevo día y mi corazón se llena de alegría al poder entregarte una vez más mi vida a través de este momento de oración. Aquí estoy, Señor, dispuesto a seguir luchando mis batallas, enfrentando mis temores y esforzándome por acercarme más a Ti.
Anhelo alejarme del ruido que me rodea y de todo aquello que me aparta de tu presencia, para centrarme por completo en adorarte y glorificar tu santo nombre. No hay mejor forma de agradecerte que elevando mi voz en gratitud por todo lo que haces, por tu amor inmenso, a pesar de mis fallos, y por tu presencia constante que me llena de paz y esperanza.
Lo único que puedo ofrecerte es mi entrega sincera y mi deseo de seguir creciendo cada día para agradarte más. Padre amado, al comenzar esta mañana me pongo completamente en tus manos. Te pido que hoy actúes a mi favor, que me guíes por caminos justos, que llenes mi vida de bendiciones y que me concedas claridad para pensar con sabiduría.
Dame la fortaleza para no cerrar mi corazón ante el sufrimiento de los demás, y que quienes me rodean encuentren en mí un apoyo verdadero y compasivo. Permíteme ser fuente de alegría, y que mis palabras lleven consuelo a quienes atraviesan momentos difíciles. Extiende también tu cuidado sobre los que se sienten perdidos y sin propósito, y hazles sentir que no están solos. Cúbrelos con tu protección divina y permite que experimenten de nuevo la ternura de tu amor.
Hoy te pido que afines mi oído para reconocer tu voz y también para escuchar con atención a quienes me rodean. Aclara mi mirada para ver el camino correcto y para contemplar a los demás con compasión y ternura. Haz que mis manos perciban la belleza de tu obra, para que cada abrazo mío lleve alegría y alivio al necesitado.
Regálame una mente clara y un corazón limpio, capaz de recibir tu palabra con amor y permanecer fiel a tu servicio sin rendirme. En este momento, te reconozco como el Señor de toda la creación, el dueño de mi vida, mi Padre amado y mi Redentor.
Deseo crecer y mejorar cada día. Purifica mi interior para ser digno de tu amor. Quiero caminar con libertad, con el corazón limpio y sin culpa, con la certeza de que soy tuyo y que has preparado un lugar para mí en tu Reino.
Rey y Salvador, esta mañana deposito toda mi confianza en tu poder sanador y en la fuerza que infundes a los que sufren, para que puedan superar sus pruebas y enfrentar la enfermedad con valentía, sin rendirse al desánimo.
Confío en que siempre escuchas mi clamor. Por eso hoy te pido que hables a lo más profundo de mi ser, para comprender la grandeza de tu amor. Gracias por darme la oportunidad de despertar con esperanza y propósito, para vivir este día con fe.
Padre querido, tu amor es infinito y tu grandeza no tiene fin. Solo Tú eres digno de toda alabanza y toda gloria. Gracias por cuidar de mi descanso. Te pido que camines conmigo en cada paso que dé en este nuevo día. Dame tu paz, tu amor y tu sabiduría, que tanto necesito para seguir adelante y ser feliz hoy.
Amén.