Oración de la Mañana

Hoy quiero representarte bien en la forma en que hablo, escucho y respondo a los demás. Sé que es fácil dejarse llevar por la frustración o hablar sin pensar, pero no quiero que mis emociones controlen mis acciones.

Tu Palabra en Proverbios 15:1 dice: “La respuesta suave calma el enojo, pero la palabra áspera lo aumenta.” Ayúdame a hacer una pausa antes de reaccionar. Enséñame a escuchar más de lo que hablo y a expresarme de una manera que refleje a la persona que Tú me has llamado a ser.

Líbrame de decir cosas de las que luego me arrepienta o de permitir que la ira guíe mis decisiones. Reconozco que a menudo pierdo la paciencia durante el día, pero en este momento, te pido que llenes mi corazón de paciencia y paz, para que pueda responder de una manera que te honre.

Gracias por darme la fuerza para crecer en esta área. En el nombre de Jesús, Amén.

“Aún no está la palabra en mi lengua, y tú, Señor, ya la sabes toda.” – Salmo 139:4 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Amado Señor, gracias por este nuevo amanecer. Al abrir mis ojos, siento tu cuidado y la paz que nace de tu presencia. Gracias, Dios mío, por regalarme un día lleno de bendiciones, por envolverme con tu bondad y por hacerme instrumento de tu santa voluntad.

Gracias por este nuevo día en el que puedo contemplar la hermosura de tu creación, donde se refleja tu esencia divina. Nos has colmado de innumerables regalos para disfrutarlos y glorificarte a través de ellos. Padre lleno de poder y compasión, fuente de consuelo y fortaleza, tú eres el dador de la vida y la salud.

En estos tiempos difíciles, volvemos nuestro corazón a ti. Ten misericordia de quienes atraviesan momentos de dolor, de los que se sienten débiles o sin esperanza. Restaura su salud, renueva su ánimo y fortalece su espíritu. Gracias por permitirme permanecer bajo el amparo de tu amor inquebrantable.

Señor, reconozco los talentos que me has dado. Enséñame a ponerlos al servicio de los más necesitados. Hoy me entrego por completo a tu voluntad. Dame tu fuerza para no rendirme frente a las pruebas y regálame la paz que solo tú puedes dar, para enfrentar cada situación con sabiduría y esperanza.

Gracias por llenar mi corazón de tranquilidad y paciencia. Ayúdame a vivir este día con paz interior. Dame la gracia de ser fiel a los dones que has depositado en mí, y no permitas que me aleje de tu amor. Acompáñame durante toda esta jornada.

Protégeme y líbrame de todo lo que me pueda apartar de ti. Quiero permanecer siempre cerca de tu presencia. Gracias, Señor, por escuchar mis oraciones, por bendecirme, y por inspirarme a caminar a tu lado. Te encomiendo a cada persona que se cruce en mi camino hoy, para que a través de ellas encuentre más razones para alabarte. Cúbreme con tu protección y concédeme la sabiduría y el amor del Espíritu Santo para afrontar este nuevo día.

Dios fiel y eterno, te doy gracias porque, aunque no tenga riquezas materiales, sé que lo tengo todo si tú estás conmigo. Gracias por llenar mi alma de alegría, por ayudarme a ver la vida con optimismo y valorar cada instante. Te pido que tengas en cuenta mis esfuerzos y me ayudes a seguir avanzando con firmeza en la construcción de mi vida.

Esta mañana, te doy gracias por el regalo de la salud y pongo en tus manos a todos los enfermos del mundo, especialmente a mis seres queridos y a quienes me brindan su amistad. Confío en que tu presencia los cubre y los acompaña, y sé que no hay camino que debamos recorrer solos, porque tú siempre estás a nuestro lado.

Señor, que ninguna dificultad me aparte de tu Palabra ni me aleje de tus bendiciones. Sé que tú eres mi refugio. Gracias porque estás preparando bendiciones para mí y actuarás una vez más en mi favor. Sana las heridas de mi interior y que tu amor infinito me impulse a seguir adelante con alegría.

Gracias, Padre misericordioso, por escucharme, bendecirme y regalarme este nuevo día lleno de tu bondad. Amén.