Oración de la Mañana – Viernes 22 de Agosto de 2025
Oración de la Mañana
Querido Dios, gracias por este nuevo día. Muchas veces me cuesta encontrar las palabras adecuadas para expresar toda la gratitud que siento por lo mucho que has hecho por mí. Gracias por bendecirme con el regalo de la vida. Últimamente he tenido muchas preocupaciones en mi corazón, y a veces siento que cargo con ellas durante toda la semana.
Tu Palabra en Mateo 6:34 dice: “Por lo tanto, no se preocupen por el mañana, porque el mañana traerá sus propias preocupaciones. Cada día tiene ya sus propios problemas.” Señor, sé que la preocupación no viene de Ti. Ayúdame a poner en tus manos mis cargas y ansiedades. Sé que Tú eres más que capaz de manejar todo lo que estoy atravesando. Tú tienes en tus manos tanto el presente como el futuro, por eso hoy decido entregarte mis temores, mis dudas y mis inquietudes. Confío en Ti, el Dios que nunca me ha fallado.
Caminaré por fe y avanzaré con valentía en medio de todo lo que está frente a mí. Gracias por estar conmigo en cada momento. En el nombre de Jesús, Amén.
“¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora a su vida?” – Mateo 6:27
Señor, al comenzar este nuevo día te pido que me fortalezcas con tu poder y que me concedas una fe inquebrantable para seguir alabándote.
Gracias por el regalo de la vida, por lo nuevo que traes en este amanecer y por este día que es reflejo de tu gran amor. Elevo mi mirada y contemplo tu grandeza, tu presencia y esa ternura que se manifiesta en cada detalle. Hoy pongo mi vida en tus manos para que me acompañes en cada prueba que deba enfrentar. Que mi anhelo diario sea crecer, actuar con un corazón generoso y mantener una voluntad firme.
Tú eres mi fuerza cuando las dificultades me sobrepasan. Contigo puedo seguir adelante con confianza. Mi Dios, solo Tú puedes salvarme cuando siento que me estoy hundiendo, porque nunca me abandonas. En este día te encomiendo a todos los que sufren bajo el peso del dolor y la enfermedad. Si es tu voluntad, concédeles salud para el cuerpo, sanidad para el alma y esa paz profunda que solo Tú puedes dar.
Tú haces posible lo que a nosotros nos parece imposible. Eres el dueño de la vida y quien me sostiene en todo momento. Cuando las pruebas me rodean, extiendes tu mano poderosa y me salvas. Eres la fuerza que me mantiene firme y me da seguridad para no caer. Solo en ti pongo mi confianza, porque tu Palabra me revela el verdadero sentido del amor.
Concédeme paz para aceptar lo que no puedo cambiar y sosténme siempre con tu amor infinito. Gracias por tus bendiciones divinas. Sigue obrando en mi vida porque confío plenamente en tus promesas. Todo lo que haga hoy será para glorificarte y honrar tu nombre. Mis pensamientos se elevan hacia ti y mis acciones desean reflejar tu bondad.
Te pido, Señor, que tengas compasión de mis errores pasados y no permitas que vuelva a caer en el pecado. Guíame por el camino de la santidad para que mi vida se transforme cada día en lo que Tú has soñado para mí. Y aunque las heridas del pasado despierten dudas en mi interior, mi deseo es permanecer siempre en ti.
Sigue dirigiendo mis pasos y derramando tus bendiciones sobre mí para no apartarme jamás de tu camino. Gracias por regalarme la capacidad de amar a los demás, porque en ellos también descubro el reflejo de tu amor y tu hermosura. Dame la seguridad de que caminas a mi lado. Que sea tu mano firme la que me conduzca cuando la duda intente oscurecer mi mente.
Sé que si Tú me acompañas, todo cobra sentido, se ilumina y se llena de esperanza. No permitas que me aleje de ti ni un solo instante, para que este día esté lleno de plenitud y buenos frutos. Señor, concédeme un corazón generoso, siempre dispuesto a servir y a compartir con los demás todo lo que he recibido gracias a tu infinita bondad.
Gracias por tu obra en mi vida. Enséñame a crecer cada día en tu misericordia y a vivir en obediencia a tus planes. No temo a las pruebas ni a los obstáculos que se me puedan presentar, porque sé que en ti encontraré la victoria. Amén.
Hoy reflexionaré sobre mi vocación personal y pediré a Dios que me ayude a vivirla con fidelidad y amor durante esta jornada.
“Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela como tierra reseca.” — Salmo 63