Oración de la Mañana

Amado Dios, gracias por este nuevo inicio de semana. Estoy profundamente agradecido porque me has sostenido hasta aquí. Te pido que mires la situación que estoy atravesando. Tú conoces exactamente todo lo que ha sucedido. Has visto las lágrimas que he derramado y sabes lo que me ha quitado el sueño cada noche. Pero también sabes que voy a salir adelante.

Tu Palabra en Juan 1:4-5 dice: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de toda la humanidad. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido vencerla”. Señor, permite que ese mismo poder y esa misma luz resplandezcan en mi vida. Quiero caminar plenamente en todo aquello para lo que me has llamado. Ayúdame a tomar mi cruz y seguirte.

Sé que la victoria te pertenece, porque pagaste el precio en la cruz. Gracias por esa victoria y por todo lo que haces. Pongo esta semana en tus manos soberanas. En el nombre de Jesús, Amén.

“Pero Jesús, sin hacer caso de lo que decían, le dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.” — Marcos 5:36

Amado Señor, al abrir mis ojos en este nuevo día, mi primer deseo es estar cerca de Ti. Hoy vengo a pedirte que me concedas la gracia de vivir con alegría. Padre bueno, bendito y glorificado seas por darme el regalo de despertar a una mañana llena de esperanza.

Hoy me maravillo de Tu creación, obra de Tu amor redentor que me envuelve y me revela Tu presencia. Gracias porque con cada amanecer renuevas en mí la fuerza para seguir adelante con fe y valentía. Me levanto sostenido por la verdad de Tu Palabra.

Deposito en Tus manos todo lo que viviré en este día. Gracias, Padre, por permitirme vivir bajo Tu mirada, protegido por Tu amor y fortalecido con Tu presencia. Concédeme la sabiduría divina para apartarme de todo lo que no edifica mi vida. Dame la paciencia necesaria para confiar en Tu tiempo perfecto, sin querer apresurar Tus planes.

Sé que nunca te apartas de mí. Con Tu luz me guías por caminos seguros. Te ruego que Tu santa providencia se derrame sobre nuestro hogar y familia, proveyendo lo necesario para vivir con dignidad. Ayúdanos a buscar solo lo esencial, sin distraernos con lo que no necesitamos, para permanecer siempre en Tu amor.

Quiero dar lo mejor de mí en aquello para lo que me has llamado, porque allí encuentro el sentido de mi vida. Dame perseverancia para recordar que todo esfuerzo hecho con amor y para Tu gloria tiene un valor eterno. Que Tu Santo Espíritu me acompañe cada día, iluminando mi camino con sabiduría y verdad.

Concédeme discernimiento para elegir siempre lo que me acerque a Ti y me aparte del error y del egoísmo. Lléname de comprensión para dejar atrás la ignorancia que me mantiene en la oscuridad del pecado. Dame sensatez para saber cuándo actuar con decisión y cuándo retirarme con humildad.

Fortaléceme para resistir la tentación, vencer el temor y caminar contigo con pasos firmes hacia la vida eterna. No permitas que pierda de vista las razones para vivir con entusiasmo y esperanza. Mírame con amor, Tú que conoces lo más profundo de mi ser, que moldeaste mi corazón y comprendes cada decisión que tomo.

Ayúdame a soltar los pensamientos negativos que frenan mi crecimiento y me roban la paz. Cada día te anhelo más, especialmente al amanecer, porque solo Tú puedes traer luz a mis incertidumbres. Guía mis pasos y bendice todo lo que haga para que hoy Tu mano obre maravillas en mi vida.

Gracias, Padre, porque sé que ya estás obrando y que sentiré Tu poderosa mano guiándome. Amén.

Hoy practicaré la virtud de la paciencia ante cualquier dificultad o contratiempo, ofreciéndolo a Dios.

“Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio? Mi auxilio viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.” – Salmo 121