Oración de la Mañana

Querido Dios, gracias por abrir mis ojos y permitirme ver el inicio de una nueva semana. No tengo palabras suficientes para agradecerte por todo lo que haces en mi vida. Te pido tu protección sobre mí y mi familia, que nos rodees con tus ángeles en estos días.

Tu Palabra en Isaías 54:10 dice: “Aunque los montes se aparten y las colinas tiemblen, mi amor inquebrantable no se apartará de ti ni será removido mi pacto de paz”. Señor, me aferro a esta promesa al comenzar esta semana.

Gracias porque en mi corazón no hay temor, ya que aunque los montes se muevan y las colinas se derrumben, tu bondad y tu pacto de paz sobre mi vida nunca se apartarán. Gracias por estar conmigo en todo momento. Te entrego esta semana en el nombre de Jesús. Amén.

“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré miedo?”
– Salmo 27:1

Padre de bondad y misericordia infinita, Tú has estado conmigo desde antes de que pudiera comprender tu presencia. Antes de abrir mis ojos a este mundo, ya habías escrito mi historia con amor.

Hoy me regalas un nuevo amanecer, una oportunidad más para respirar, sentir, amar y crecer en tu voluntad. Gracias, Señor, porque al despertar entendí que no estoy solo, que Tú me sostienes y le das propósito a mi vida. Confío en que nada de este día escapa de tu mirada, y que cada paso ha sido guiado por tus manos sabias y compasivas.

Antes de que los rayos del sol entraran por mi ventana, tu luz ya había iluminado mi corazón. Te siento en el silencio de la mañana, en el murmullo del viento, en el canto de las aves y en el latido de mi corazón, que me recuerda que vivo por tu gracia. Qué alegría saber que caminas conmigo y que, sin importar lo que enfrente hoy, tu fuerza me sostiene y tu amor eterno me guía.

Padre celestial, inicio este día con fe y esperanza. Creo que hoy será mejor que ayer, no porque lo controle todo, sino porque sé que Tú sí lo controlas. Tus planes son más altos que los míos y, cuando me entrego a ti, incluso lo difícil o incierto termina obrando para bien.

Gracias por este nuevo amanecer lleno de propósito y sentido, con la certeza de que tu favor me acompaña y de que tus promesas nunca fallan. Te pido que bendigas este día, que mis pensamientos reflejen tu sabiduría, que mis palabras transmitan tu amor y que mis acciones estén impregnadas de tu verdad.

Ilumina mi mente para tomar decisiones correctas, fortalece mis manos para trabajar con alegría y guarda mis pasos para que no tropiece ni me desvíe de tu camino. Que todo lo que haga hoy sea para tu gloria, y que incluso mis errores me enseñen a depender más de ti. Bendice mis estudios, mi trabajo y todos mis esfuerzos diarios.

Que tu bendición repose sobre cada una de mis tareas como un rocío fresco que da vida y crecimiento. Si en algún momento me siento cansado o confundido, recuérdame que Tú eres mi fortaleza, mi refugio seguro y mi paz en medio del caos. Quédate conmigo en cada instante de esta mañana. Protégeme del mal, de la tentación, de los pensamientos negativos y de las trampas del enemigo.

No permitas que el miedo me gobierne ni que la duda apague mi fe. Alimenta mi alma con tu Palabra, llena mi corazón de oración y gratitud constante. Ayúdame a reconocerte en cada momento de mi jornada. Porque si Tú no estás, Señor, nada tiene sentido.

Te invito a ser el centro de mi día, el motor de mis sueños y el guardián de mis pensamientos. También te ruego por mi familia: cúbrelos con tu amor, dales salud, paz, unión y esperanza. Protégelos del mal, líbralos de toda aflicción y hazte presente en sus vidas de manera visible y poderosa.