Oración de la Mañana – Jueves 28 de agosto de 2025
Oración de la Mañana
Amado Dios, gracias por este nuevo día que me has regalado. Tus misericordias se renuevan cada mañana y no tengo palabras suficientes para agradecerte. Al comenzar esta jornada, te entrego mi corazón. En muchas ocasiones de mi vida, mi corazón ha sido herido por otros. He perdido a personas que amaba profundamente y hubo momentos en los que no sabía si podría volver a confiar o amar de nuevo.
Hoy te agradezco porque sé que en Ti puedo confiar. Tu Palabra en el Salmo 119:49-50 dice: “Acuérdate de lo que me prometiste. Tú me has dado esperanza. Aun en medio del sufrimiento encuentro consuelo, porque tu promesa me mantiene con vida.” Señor, sé que en tus manos está la sanidad de mi corazón. Tú eres el Dios que sana mis heridas y restaura mi vida.
Te entrego mis dolores y quebrantos. Gracias porque transformas mis lágrimas en gozo y sacas belleza de las cenizas. Gracias por escuchar mi oración y por sanar mi corazón. En el nombre de Jesús, Amén.
“El Señor es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi corazón y soy ayudado. Mi corazón se llena de alegría, y con cánticos le daré gracias.” – Salmo 28:7
Amado Dios, al iniciar este nuevo día vengo a darte infinitas gracias. Gracias porque nunca me abandonas y porque este amanecer ha sido creado por tus manos para bendecirme. Padre santo, te agradezco por la mañana que me regalas, por el don de la vida y por esta oportunidad de vivir en tu presencia.
Quédate a mi lado y aparta toda duda de mi mente. Disuelve mis preocupaciones y quita de mi corazón las cargas que roban mi paz. Llena mi ser con esa paz perfecta que solo tú puedes dar, una paz tan profunda que me envuelva por completo y me fortalezca en tu presencia. En ti encuentro el equilibrio que necesito para caminar con seguridad y descubro la verdadera felicidad y la alegría eterna.
Haz que cada palabra que salga de mi boca sea un gesto de gratitud hacia ti. Que mi manera de hablar promueva la unión, la comprensión y la solidaridad, nunca la división. Deseo que mis manos estén siempre listas para servir y que mi trabajo sea un apoyo para quienes lo necesiten.
Te pido, Señor, que por medio de mis acciones tu santo nombre sea glorificado, que mis obras reflejen tu presencia y transmitan tu amor en cada lugar. Querido Señor, al comenzar este día pongo mi vida en tus manos. Gracias porque cada mañana renuevas mi ser con gestos de tu infinito amor. Hoy deseo ser un reflejo de tu poder y de tu misericordia.
Vivo para ti y deposito toda mi confianza en tu compasión. Sé que habrá distracciones y pruebas que intentarán apartarme de tu camino, pero con tu ayuda las superaré y me entregaré plenamente a ti. Concédeme el don de la fe para vivir de acuerdo con tus enseñanzas y permanecer siempre en tu amor. Solo así tendré la certeza de que confiando en tu misericordia alcanzaré la victoria por medio de tu gracia.
Por tu amor tengo la seguridad de que mi vida ha cambiado y de que en ti nunca soy derrotado. Aunque enfrente dificultades, mi espíritu permanece alegre porque tu fuerza habita en mí. Fortaléceme, Señor. Dame sabiduría y valentía para enfrentar cada situación con firmeza y no dejarme vencer por el desánimo.
En esta mañana encomiendo a tu cuidado a mi familia, a quienes me aman y también a quienes aún no conozco. Que tu amor los cubra, les regale paz y los inspire a construir un mundo más justo, reconociéndote como único Señor y Salvador. Enséñame a vivir con honestidad, a defender mi fe y a dar mi vida por lo que creo, confiando en que el amor transforma todo.
Bendice mi vida, Señor, y guíame para descubrir tu propósito en cada situación. Hoy caminaré bajo tu amparo, seguro de que será un día lleno de bendiciones. Hazme sentir tu mano poderosa que me sostiene y me da la victoria en cada prueba. Bendito y glorificado seas, amado Creador, porque cada nuevo día revela tu grandeza y tu majestad eterna.
Te alabo, Señor, porque te manifiestas con poder y me inspiras a seguir caminando según tu voluntad en esta jornada. Amén.
Hoy haré un acto de fe en tu divina providencia, aun en medio de la incertidumbre, recordando que tú tienes el control de todo.
“Alabad al Señor, todas las naciones, ensalzadlo, todos los pueblos, porque firme es su amor hacia nosotros y la fidelidad del Señor permanece para siempre.” — Salmo 117