Oración de la Mañana – Sábado 13 de Septiembre de 2025
Oración de la Mañana
Amado Dios, gracias por permitirme llegar al final de un nuevo día. Te alabo porque Tu mano me acompaña en cada lugar a donde voy. Estoy agradecido porque en Ti estoy seguro, en Ti estoy sostenido y en Ti soy suficiente.
Mi fe es fuerte y creo que Tú me respaldas en toda situación. No importa lo que la vida ponga en mi camino, en medio de cada tormenta confío en que Tú puedes calmarla. Y aun si la tormenta no se detiene, sé que Tú puedes traer paz a mi corazón.
Mientras me preparo para descansar, pon Tu mano sobre mi vida y recuérdame mantener siempre mis ojos fijos en Jesús, el autor y consumador de mi fe. Gracias por ser el Dios que nunca cambia, el que salva y el que me ve en todo momento.
Bendigo Tu santo nombre. Te alabo, te amo y descanso en Ti esta noche. Oro todo esto en Tu hermoso, poderoso y santo nombre. Amén.
“En cuanto oro, Tú me respondes; me animas dándome fuerzas.” — Salmo 138:3
Bendito y amoroso Padre celestial, en esta nueva mañana me acerco a Ti con un corazón lleno de gratitud. Elevo mi voz hacia tu santo trono para darte toda la gloria, toda la honra y todo el reconocimiento que solo Tú mereces.
Gracias porque me has permitido abrir los ojos a un nuevo día. Gracias por el descanso reparador durante la noche y por cuidarme cuando mis fuerzas se habían agotado. Mientras yo dormía, Tú permanecías velando por mí, por mi familia y por todo lo que amo. Hoy despierto sabiendo que cada latido de mi corazón es un regalo tuyo, que cada respiro es señal de que tu Espíritu sigue soplando vida en mí y que cada paso que dé estará bajo tu mirada amorosa y tu perfecta voluntad.
Qué hermoso es, Señor, despertar y saber que existes, que reinas sobre el cielo, la tierra y cada detalle de mi vida. Gracias porque me permites contemplar tu creación: el canto de las aves que anuncian un nuevo amanecer, el sol que ilumina y calienta, el aire que refresca mis pensamientos, el agua que limpia y renueva, y tantos regalos que a menudo olvido agradecer.
Hoy reconozco que nada de lo que tengo sería posible sin Ti. Todo proviene de tu mano generosa, y aun las cosas más pequeñas son grandes milagros de tu amor. Gracias por mi familia, por sus sonrisas, por poder escucharlos, abrazarlos y caminar junto a ellos. Gracias por los amigos que me acompañan como hermanos y por cada persona que pones en mi vida, porque cada uno cumple un propósito: dar alegría, enseñar una lección o recordarme cuánto dependo de Ti.
Señor, pongo mi vida entera en tus manos. Tú conoces lo que soy, lo que siento, lo que pienso y lo que me preocupa. Sabes los miedos que me atormentan y las cargas que me pesan. Hoy las dejo a tus pies, confiando en que Tú me sostienes y nunca me abandonarás.
Padre Santo, lléname con tu Espíritu en este día para que todo lo que haga, piense o diga sea conforme a tu voluntad. Dame sabiduría para decidir, paciencia en las pruebas, humildad para reconocer mis errores y fortaleza para levantarme cada vez que caiga.
Úsame como instrumento en tus manos. Que mis palabras traigan paz, que mis acciones reflejen tu amor y que mi vida sea un testimonio que conduzca a otros hacia Ti. Hazme sensible a las necesidades de mis hermanos, generoso con lo que me das y un faro de luz en medio de la oscuridad del mundo.