Oración de la Mañana –Martes 15 de Julio de 2025
Oración de la Mañana
Amado Dios,
Gracias por regalarme este nuevo día. Gracias por no apartarte nunca de mi lado. Aunque hay tantas cosas sucediendo en el mundo que podrían causarme miedo o frustración, hoy elijo no enfocarme en lo que está mal. Elijo enfocarme en lo que es verdadero: Tú eres bueno. Tú estás cerca. Tú eres mi fortaleza.
Tu Palabra en Isaías 41:10 me recuerda:
“Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa.”
Señor, me aferro a esta promesa. Gracias por darme fuerzas. Gracias por sostenerme cuando me siento débil. Sé que, sin importar lo que enfrente hoy, puedo apoyarme completamente en ti. Cuando sienta que las presiones de la vida me rodean, lléname de una paz que sobrepase todo entendimiento.
Te entrego este día con plena confianza, sabiendo que tu poder es más grande que cualquier dificultad. Declaro con fe que Tú estás conmigo y que Tú estás a mi favor.
En el nombre de Jesús,
Amén.
“Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.”
— 2 Tesalonicenses 3:3
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amado Padre celestial, gracias por regalarme un nuevo amanecer. La luz del sol que entra por mi ventana me recuerda tu calor, tu poder y tu infinita misericordia. Gracias, Señor, por este nuevo día, por el don de la vida, la claridad del cielo y tu amor que nunca me abandona.
Te pido que me guíes con tu paz, sabiduría y bendición. Desde que amanece, deseo entregarte todo lo que soy y poner mi vida en tus manos. Esta oración es una pequeña muestra de mi gratitud por las bendiciones que me das a diario. Confío en ti con todo mi corazón y abro mi alma para que tu Espíritu Santo me renueve y me dirija durante esta jornada.
Bendito seas, Señor, porque tú marcas el camino correcto y permaneces a mi lado, guiándome con amor. Hoy elevo mi oración por quienes aún no te han conocido y viven en la oscuridad. También te pido por nosotros, tus hijos, para que nunca nos falte la valentía de proclamar tu nombre en todo lugar.
Sé que la vida está hecha de pruebas, pero contigo a mi lado, estoy dispuesto a llevar mi cruz. Líbrame, Señor, de todo orgullo, rencor, envidia y pensamientos negativos. Ayúdame a fortalecer mis virtudes y a multiplicar los dones que me diste, poniéndolos al servicio de los demás con un corazón sincero.
Dame el coraje necesario para asumir con responsabilidad las consecuencias de mis decisiones. Gracias por llevarme por el sendero de la salvación y alejarme del mal. Nadie ama como tú, Señor: con tanta pureza, verdad y fidelidad. Anhelo sentir tu amor profundo en cada parte de mi ser, y recibir la fuerza que necesito para seguir adelante, porque sin ti nada soy.
Hoy elevo mi súplica por los difuntos. Ten misericordia de ellos, perdónalos y recíbelos en tu Reino glorioso. Escucha también mis oraciones por todos los que me rodean. Bendícelos con tu amor, dirígelos con tu poderosa mano y llévalos por el camino que conduce a la vida eterna. Que encuentren consuelo y paz en ti.
Te ruego también, Señor, que estés conmigo en mi último aliento. Que me encuentre listo para el gran encuentro contigo. Guíame, transforma cada área de mi vida y dame claridad para enfrentar los desafíos del día. Y si es tu voluntad, permíteme despertar mañana con esperanza renovada y la valentía para seguir mi camino.
Señor, tú llenas de gozo nuestros corazones y derramas tus bendiciones sobre nosotros. Con alegría, levantamos nuestras manos para adorarte, glorificarte y darte gracias por tu amor inagotable. Gracias por renovar mis fuerzas y por la paz interior que me regalas, la cual me permite vivir este día con plenitud. Te ofrezco todo lo que soy y te pido que dirijas cada paso que dé hoy.
Bendito seas, Señor, fiel a tus promesas. Bendito porque cumples tu Palabra en mi vida, día tras día. Amén.