Oración de la Mañana – Jueves 4 de Septiembre de 2025
Oración de la Mañana
Amado Dios, gracias por acompañarme y sostenerme en este día. Te agradezco por darme las fuerzas necesarias para superar cada momento. Tú eres un Dios maravilloso, y estoy agradecido porque tu mano siempre está sobre mi vida.
Al prepararme para descansar, te pido que sigas conmigo durante la noche. Cuando sienta miedo, recuérdame que estás a mi lado y que nunca me abandonarás. Gracias por ser mi refugio seguro, mi roca firme y Aquel que nunca cambia.
El descanso que tendré esta noche será diferente, lo creo con todo mi corazón. Apacigua mi mente y eleva mi mirada hacia Ti. Después de todo lo que viví hoy, te doy gracias porque mi esperanza no está en lo que yo pueda hacer, sino en lo que Tú eres. Te entrego esta noche con confianza.
En el nombre de Jesús, Amén.
“Que el Señor de la paz les conceda la paz siempre y en toda circunstancia. El Señor esté con todos ustedes.” —2 Tesalonicenses 3:16
Dios de la dulzura, gracias por las bendiciones que me regalas en este nuevo día. Al despertar del descanso renovador que me concediste, reconozco el gran regalo que es iniciar mi jornada en tu presencia.
Hoy elevo mi gratitud por las maravillas que obras en mi vida. Señor todopoderoso, deseo aprender a caminar en tu voluntad y vivir como esperas de mí. Anhelo recibir el amor auténtico de quienes me rodean y también aprender a entregarlo con libertad, sin miedo y con generosidad.
Quiero seguir los pasos de tu Hijo amado, quien nos mostró el acto más sublime de amor. Gracias por la dicha de comenzar un nuevo día y por abrir mis ojos a los milagros que tienes preparados para mí. Tu compasión me confirma que mis errores no detienen tu obra en mi interior.
Al sentir el aliento de vida en mí, pido ser lleno de tu energía y tu gozo para vivir con esperanza. Deseo mantener la paz que me das, sin dejar que nada me la arrebate. Gracias por la vida maravillosa en la que he podido experimentar tu amor compasivo llenando cada parte de mi ser.
Permíteme transmitir tu amor a los demás, para que a través de mi manera de vivir muchos puedan encontrarte. Hazme consciente de tu presencia en todas las circunstancias y purifica mi interior de aquello que me impide avanzar.
Gracias porque, aun en medio de las dificultades, me has sostenido con tu fuerza. Quiero seguirte con todo mi ser y mantener mi mirada fija en ti, reconociéndote como mi Maestro, mi Guía, mi Salvador y mi Dios. Tú eres mi refugio seguro, la fuente de mi paz y la razón de mi esperanza.
Señor, sopla en mí tu Espíritu de vida y renueva mis fuerzas para afrontar las batallas con valentía. Me acerco a ti con el corazón abierto, confiado en que siempre hallaré en ti perdón y alivio en los momentos difíciles.
Transforma mi interior en este amanecer para vivir en sintonía con tu voluntad. Líbrame de pensamientos impuros, enséñame a comprender tus mandatos y acompáñame en todo lo que haga hoy. Amén.
Pido al Espíritu Santo que ilumine mis decisiones y me dé paciencia para superar las pruebas de este día, confiando en que nunca me dejará solo.
«En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir tranquilo. Me llenas de alegría más que cuando abunda el trigo y el vino.» (Salmo 4)