Oración de la Mañana

Amado Dios, hoy me regalas un nuevo día y lo recibo con gratitud en mi corazón. Gracias por el don de la vida, por el aire que respiro y por haberme cuidado mientras dormía. Reconozco tu fidelidad y tu amor que me sostienen siempre.

Señor, tu Palabra dice en Mateo 6:33: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás les será añadido.” Hoy decido ponerte a Ti en primer lugar, antes que mis planes, mis preocupaciones y mis deseos.

Estoy cansado de intentar hacerlo todo a mi manera. Una y otra vez he aprendido que tus caminos son mejores que los míos. Por eso, en esta mañana, rindo mi corazón, mis sueños y mi voluntad en tus manos.

Gracias, Señor, porque tus misericordias son nuevas cada mañana. Gracias porque escuchas mis oraciones y porque siempre permaneces conmigo. Te amo y confío en Ti. En el nombre de Jesús, Amén.

“Busqué al Señor, y Él me respondió, y me libró de todos mis temores.” – Salmo 34:4

Padre eterno, al ver salir el sol en el cielo, comprendo que un nuevo día inicia para mí. Antes de comenzar con mis labores y responsabilidades, quiero alabarte y darte gracias por el regalo de una hermosa mañana más.

Padre bendito, pongo en tus manos mi vida y la vida de mis seres queridos. Toca nuestros corazones y danos nuevas razones para seguir adelante con fe. Ven a limpiar toda mancha de pecado, rompe las cadenas que nos atan al pasado y con tu poderosa mano elimina todo mal que quiera habitar en nuestra vida y en nuestro hogar.

Señor, Tú conoces cada problema de nuestra familia y las batallas que hemos tenido que enfrentar a lo largo de nuestra vida. Por eso hoy te pido que seas nuestro médico divino: sana nuestras enfermedades, alivia nuestros dolores y quita las cargas que llevamos sobre los hombros. Que tu Santo Espíritu consuele nuestro corazón y nos dé fortaleza.

Provee, Señor, lo necesario para este día: alimento, abrigo y descanso. Concédeme paciencia para enfrentar las pruebas, sabiduría para tomar decisiones correctas y valentía para superar las dificultades. Sé mi fuerza en los momentos difíciles, mi escudo en la lucha y mi espada para la victoria. Quiero ser cada día una mejor persona, por eso me entrego a ti. Transforma mi corazón, reconstruye mi vida y guíame siempre por el camino de tu voluntad.

Limpia mi alma de celos, envidia y resentimientos. Quita todo lo que me aleje de ti y haz de mí una nueva creación que agrade a tu corazón y lleve bendición a quienes me rodean. Solo en tus brazos encuentro paz y seguridad, solo contigo siento amor verdadero y confianza.

Por eso hoy te alabo y te doy gloria. Me llenas de más bendiciones de las que merezco. A través de la sangre de tu Hijo Jesús me perdonas y me acompañas en todo momento. Cuida mis pasos, Señor, ilumina mis senderos y protégeme de la tentación y del maligno. Que tu luz sea mi faro y tu presencia mi brújula cuando me sienta perdido.

Todo lo que haga en este día te lo ofrezco como alabanza a tu nombre. Bendice mi vida, Señor, y nunca me abandones, porque te necesito siempre. Hoy más que nunca confío en ti y agradezco la oportunidad de este nuevo día lleno de tu amor y de tu bondad. Amén.

El Salmo 9 nos recuerda: “Te daré gracias, Señor, con todo mi corazón y anunciaré todas tus maravillas. El Señor nunca olvida al pobre, ni la esperanza del humilde perecerá.”

Que el Señor nos bendiga en este día. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.